
Acto i alma estrella damm
Recuérdanos siempre este significado
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Malditos Yankees es una comedia musical de 1955 con libro de George Abbott y Douglass Wallop, música y letra de Richard Adler y Jerry Ross. La historia es una narración moderna de la leyenda de Fausto[1] ambientada en la década de 1950 en Washington, D.C., durante una época en la que los Yankees de Nueva York dominaban las Grandes Ligas de Béisbol. Está basada en la novela de 1954 de Wallop The Year the Yankees Lost the Pennant.
El espectáculo duró 1.019 funciones en su producción original de Broadway. El éxito de Adler y Ross con ella y con The Pajama Game parecía apuntar a un futuro brillante para ellos, pero Ross murió repentinamente de bronquiectasia crónica a los 29 años, varios meses después del estreno de Damn Yankees.
El agente inmobiliario de mediana edad Joe Boyd es un sufrido fan del patético equipo de béisbol de los Senadores de Washington. Su mujer, Meg, lo lamenta (“Seis meses de cada año”). Después de que ella se haya ido a la cama, él se queda despierto hasta tarde, refunfuñando que si los Senadores tuvieran un “bateador de bola larga” podrían vencer a “esos malditos Yankees”. De repente, aparece el Sr. Applegate. Le ofrece a Joe la oportunidad de convertirse en “Joe Hardy”, el joven bateador que los Senadores necesitan. Él acepta, aunque debe dejar a Meg (“Goodbye Old Girl”). Sin embargo, su sentido de los negocios le hace insistir en una cláusula de escape. El último partido de los Senadores es el 25 de septiembre, y si juega en él, se quedará como Joe Hardy para siempre. Si no lo hace, tiene hasta las 9:00 de la noche anterior para abandonar el trato y volver a su vida normal.
Cielo de Arizona lyrics
¡Oh, el grito más lastimero de las pobres almas! Unas veces para verlas y otras para no verlas; ahora el barco agujereando la luna con su palo mayor, y al rato tragado con levadura y espuma, como si metieras un corcho en un barril.
El propósito que emprendéis es peligroso;”…Pues eso es cierto: es peligroso resfriarse, dormir, beber; pero os digo, mi señor tonto, que de esta ortiga, peligro, arrancamos esta flor, seguridad.
Soy un judío. ¿No tiene un judío ojos? ¿No tiene un judío manos, órganos, dimensiones, sentidos, afectos, pasiones? ¿se alimenta con los mismos alimentos, se hiere con las mismas armas, está sujeto a las mismas enfermedades, se cura con los mismos medios, se calienta y se enfría con el mismo invierno y el mismo verano, como un cristiano? Si nos pinchan, ¿no sangramos? Si nos hacen cosquillas, ¿no nos reímos? Si nos envenenan, ¿no morimos? Y si nos perjudican, ¿no nos vengaremos?
Yo mismo soy indiferentemente honesto; pero, sin embargo, podría acusarme de tales cosas que sería mejor que mi madre no me hubiera parido: Soy muy orgulloso, vengativo, ambicioso, con más ofensas a mi alcance que pensamientos para ponerlas, imaginación para darles forma, o tiempo para actuarlas. ¿Qué deberían hacer tipos como yo arrastrándose entre la tierra y el cielo? Somos todos unos bribones; no creáis en ninguno de nosotros.
Recuérdanos siempre así (portada)
Entran Julia y Lucetta.JULIAConsejo, Lucetta. Gentil muchacha, ayúdame;Y siempre con amor bondadoso te conjuro-a ti, que eres la mesa donde todos mis pensamientosEstán visiblemente caracterizados y grabados-para que me enseñes y me digas alguna buena media
10Mucho menos lo hará la que tiene alas de Amor para volar,Y cuando el vuelo se hace a uno tan querido,De tan divina perfección, como Sir Proteo.LUCETTAMejor aguanta hasta que Proteo haga el regreso.JULIAO, ¿no sabes que sus miradas son el alimento de mi alma?
20LUCETTANo pretendo apagar el fuego ardiente de tu amor,sino matizar la furia extrema del fuego,para que no arda por encima de los límites de la razón.JULIAOCuanto más lo reprimes, más arde.La corriente que con suave murmullo se desliza,
40Los encuentros sueltos de los hombres lascivos. Gentil Lucetta, ponme malezas como las que puede tener un paje bien reputado.LUCETTAPues, entonces, tu señoría debe cortarte el pelo.JULIANo, muchacha, lo tejeré con hilos de seda
45Con veinte nudos de amor verdadero impares.Ser fantástica puede llegar a ser una juventudDe mayor tiempo que el que demostraré ser.LUCETTA¿Qué moda, señora, le hago a sus calzones?JULIQue encaja tan bien como “Dígame, buen señor mío,
Recuérdanos siempre así
“Decir que uno espera toda la vida a que llegue su alma gemela es una paradoja. Las personas acaban por hartarse de esperar, se arriesgan con alguien y, por el arte del compromiso, se convierten en almas gemelas, algo que tarda toda una vida en perfeccionarse.”
“Es una certeza humana absoluta que nadie puede conocer su propia belleza o percibir el sentido de su propio valor hasta que se haya reflejado en el espejo de otro ser humano cariñoso y atento.”
“No hay nada en la tierra más hermoso para mí que tu sonrisa… ningún sonido más dulce que tu risa… ningún placer mayor que tenerte en mis brazos. Hoy me he dado cuenta de que nunca podría vivir sin ti, pequeña y testaruda que eres. En esta vida y en la siguiente, eres mi única esperanza de felicidad. Dime, Lillian, querido amor… ¿cómo puedes haber llegado tan lejos dentro de mi corazón?”
“…y cuando uno de ellos se encuentra con la otra mitad, la mitad real de sí mismo, ya sea un amante de la juventud o un amante de otro tipo, la pareja se pierde en un asombro de amor y amistad e intimidad y uno no estará fuera de la vista del otro, como puedo decir, ni siquiera por un momento…”