
Creencias de la revolucion industrial
Qué causó la revolución industrial
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A finales del siglo XVIII y en el XIX, las innovaciones tecnológicas posibilitadas por los descubrimientos científicos condujeron a rápidos cambios tecnológicos, económicos y sociales, una época que suele describirse como la Revolución Industrial.
La mejora de la eficiencia de la energía hidráulica, el desarrollo de la energía de vapor, el uso de máquinas-herramienta, los nuevos procesos de producción de hierro y de fabricación de productos químicos, y la construcción de redes de canales y ferrocarriles condujeron a una transición de la producción manual a domicilio a la producción mecanizada en fábricas. Con la demanda de mano de obra industrial y los cambios en los procesos agrícolas, las ciudades crecieron. Si bien la revolución industrial planteó retos sociales y medioambientales, también estimuló la innovación y la experimentación científica, permitió que más personas accedieran a la educación y, finalmente, condujo a un mayor nivel de vida para muchas personas al surgir una clase media.
Si bien los cambios tecnológicos y sociales fomentaron la investigación científica, también condujeron al desarrollo del capitalismo económico, a la urbanización generalizada, al aumento del trabajo en las fábricas (incluido el trabajo infantil), a los cambios en el papel de la mujer, a los problemas de salud pública, alimentación y nutrición, y a los desafíos del bienestar social. Con la agitación del orden económico y social, surgieron diversos paradigmas y críticas intelectuales, desde las críticas intelectuales y artísticas de autores románticos como Blake, Keats, Wordsworth, Byron, Coleridge y Shelley (incluido el Frankenstein de Mary Shelley) y artistas como Constable y Turner, hasta la retórica revolucionaria de Karl Marx.
La revolución industrial y sus consecuencias
Inventos de la Revolución IndustrialLos inventos de la Revolución Industrial permitieron aumentar la producción de bienes y servicios vitales, y estas innovaciones cambiaron el modo de vida del mundo. Fue una época caracterizada por la introducción y el desarrollo de la energía de vapor y la maquinaria. La transformación de los transportes y de las ciudades fue muy presenciada, y los importantes avances tecnológicos incrementaron la industria textil.
A continuación se enumeran algunas de las máquinas inventadas durante la Revolución Industrial: Spinning JennyLa spinning jenny era una máquina utilizada para hilar algodón construida por James Hargreaves en 1764. La spinning jenny era fácil de manejar, por lo que trabajadores no cualificados podían hacerla funcionar. La máquina supuso un desarrollo crucial en la tejeduría industrial, ya que era capaz de hilar muchos husos a la vez. La hiladora revolucionó la industria textil, ya que el tejido de ropa se trasladó de los hogares a las fábricas. Máquina de vaporLa máquina de vapor fue idea de James Newcomen en 1712. La primera máquina de vapor se utilizó para bombear agua de las cuevas de las minas, lo que permitió a los mineros seguir excavando en busca de más carbón, que era una fuente de energía vital. La máquina atmosférica, otro nombre para la máquina de vapor, quemaba carbón y creaba vapor que hacía funcionar la bomba de vapor.
Segunda revolución industrial
La modernidad, tal y como la entendemos actualmente, fue concebida en Inglaterra a mediados del siglo XVIII. Su progenitor: la tecnología. Las innovaciones que pusieron en marcha la Revolución Industrial fomentaron la democracia moderna y condujeron a la fundación de las economías modernas. Trastocaron la sociedad, trastocando las viejas estructuras y construyendo otras nuevas. Las instituciones, la industria y la demografía cambiaron de rumbo y, en última instancia, pocas cosas de la vida en Gran Bretaña quedaron intactas por la Revolución. A medida que se extendía -primero a Europa Occidental y a Estados Unidos- también dejaba una huella mucho más amplia en el mundo. La transformación tecnológica tardó mucho tiempo en llegar a la política y a los políticos. Pero su difusión acabó impregnando ambas, acabando por remodelar los partidos políticos antes de la fundación del Partido Laborista, que representó la culminación de un largo debate sobre el papel del capital y los derechos de los trabajadores.
Hoy en día, cuando el mundo atraviesa un profundo período de cambio tecnológico, mucho más allá de lo que se vivió durante la Revolución Industrial, hay algunas rimas de la historia. Hay profundos interrogantes en torno a la desigualdad, la productividad y la captura normativa. La preocupación por el corporativismo aumenta y, en consecuencia, los llamamientos al socialismo se hacen más fuertes. Pero el potencial de reordenación es aún más importante que en el pasado. Además, ya ha comenzado.
¿Por qué empezó la revolución industrial en Inglaterra?
En un mundo que parece cada vez más polarizado, es indispensable una mayor cultura religiosa. Los datos del Pew Research Center muestran que el mundo se está volviendo más religioso a medida que está más interconectado. A medida que los individuos y las comunidades están más conectados entre sí a través de las fronteras culturales, y que la tecnología transforma cada vez más nuestras economías y sociedades, existe una necesidad cada vez mayor de que las personas desarrollen una comprensión matizada de los valores, las perspectivas y los comportamientos inspirados por las diferentes formas de actividad y creencia religiosa. Así pues, resulta inevitable elaborar políticas sensibles que aprecien y respeten los valores y principios de las religiones de todo el mundo, al tiempo que se plantean retos para los grupos que temen la pérdida de su propia identidad cuando se enfrentan al reconocimiento de otras.
Klaus Schwab es presidente ejecutivo del Foro Económico Mundial, que fundó en 1971. Schwab fue profesor de política empresarial en la Universidad de Ginebra de 1972 a 2002. Bajo su liderazgo, el foro se ha convertido en la principal plataforma mundial de cooperación pública y privada, guiando los esfuerzos de reconciliación en diferentes partes del mundo y actuando como catalizador de numerosas colaboraciones e iniciativas internacionales. Fundó la Fundación Schwab para el Emprendimiento Social en 1998 con su esposa, Hilde. Schwab es autor, entre otros, de La cuarta revolución industrial (2016). Es doctor en economía (summa cum laude) por la Universidad de Friburgo y en ingeniería por la Escuela Politécnica Federal de Suiza, así como máster en administración pública por la Kennedy School of Government de la Universidad de Harvard.