Creencias de los japoneses
Ritualista sintoísta
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La cultura japonesa es un conjunto de valores que da importancia a la armonía social y al trabajo duro. Hasta el siglo X, la cultura japonesa era similar a la china, pero el ascenso de los samuráis en el periodo Heian y el aislamiento durante el periodo Edo cambiaron las reglas de la sociedad. En general, la cultura estaba influenciada por la religión local sintoísta, el budismo, el confucianismo y los limitados recursos naturales.
Aunque el estilo de vida japonés se ha occidentalizado en los últimos tiempos, los japoneses siguen haciendo todo lo posible por preservar su rico patrimonio cultural practicando la ceremonia del té, vistiendo el kimono y estudiando las artes y oficios tradicionales desde la primera infancia.
Como la armonía es muy importante en Japón, existen muchas costumbres, tradiciones y reglas de etiqueta para crear un vínculo social entre las personas. Algunas de las tradiciones interesantes que sorprenden a los extranjeros son:
Los japoneses siempre muestran modestia y humildad. La gente suele inclinarse para transmitir el mensaje: “No estoy por encima de ti. Te respeto”. Hacer una reverencia más larga con un mayor grado de inclinación significa más respeto. Además, los japoneses tienen dos religiones al mismo tiempo: son budistas y sintoístas. Cuando nace un bebé japonés, la ceremonia se celebra en el santuario sintoísta y cuando alguien muere la ceremonia tiene lugar en un templo budista. Por último, en Japón la gente está obsesionada con la higiene: se quitan los zapatos al entrar en casa de alguien y se bañan casi todos los días. Muchos extranjeros se sorprenden de que no haya cubos de basura en las zonas públicas, pero todo está limpio.
El cristianismo en Japón
Japón, pronunciado en japonés como “Nippon” o “Nihon”, es una nación insular del Océano Pacífico situada frente a la costa de Asia continental. Está formada por unas 6.900 islas. Las islas más destacadas y pobladas son Honshu, Hokkaido, Shikoku y Kyushu, que constituyen el 97% del país. Dentro de estas islas, hay 47 prefecturas con una población total de 127 millones de habitantes (la 11ª del mundo).
El idioma nacional es el japonés, que es la principal lengua hablada en todo el país. El japonés antiguo, o “kanbun”, es originario de China y el texto japonés más antiguo, el “Kojiki”, se escribió a principios del siglo VIII y estaba redactado principalmente en caracteres chinos antiguos. El japonés moderno se desarrolló durante el periodo Edo, entre 1603 y 1868.
La cultura japonesa primitiva estaba muy influenciada por China. Durante la era Edo, Japón ejerció una estricta política aislacionista, cerrando sus puertas a toda relación con el mundo exterior. Esto cultivó una cultura japonesa distinta.
Tras la caída de esa era en 1868, Japón invirtió esta práctica, adoptando prácticas culturales de todo el mundo y mezclándolas con lo establecido durante la era Edo. A lo largo de los años, la cultura occidental ha influido en todos los aspectos de la cultura japonesa, incluyendo el arte, el estilo de vida y la comida.
A veces la vida parece incomprensible, de otro mundo. Lo sobrenatural ha sido evocado en muchas culturas y religiones como una forma de dar sentido a los umbrales de los mundos mortal e inmortal a través de imágenes e historias.
Definir lo sobrenatural es una tarea difícil, que refleja nuestras controvertidas concepciones mortales y morales. Japón tiene una historia convincente de dar vida a lo místico, desde los evocadores grabados en madera del erudito, poeta y artista Toriyama Sekien (1712-88), hasta la poderosa narración de Hayao Miyazaki (de la película de animación Spirited Away) y las reinvenciones de personajes populares “superfluos” de Takashi Murakami.
En Japón -informado por las creencias sintoístas en torno a las nociones de animismo- un alma (“reikon”) vive dentro de toda existencia y fenómeno. Las cosas cotidianas, desde los objetos hasta las plantas y las montañas, pueden definirse como “kami” o deidades.
Esta conexión entre el mundo natural y el espiritual crea una compleja comprensión y respeto por lo cotidiano. Las tazas pueden ser recipientes de ancestros perdidos. ¿Tirarías una taza si pudiera contener el espíritu de tu abuela perdida?
Religión japonesa estadística
El sintoísmo es la mayor religión de Japón, practicada por casi el 80% de la población, aunque sólo un pequeño porcentaje de ésta se identifica como “sintoísta” en las encuestas. [Esto se debe al hecho de que “sintoísmo” tiene diferentes significados en Japón: la mayoría de los japoneses acuden a los santuarios sintoístas e imploran a los kami sin pertenecer a organizaciones sintoístas,[9] y dado que no existen rituales formales para convertirse en miembro del “sintoísmo” popular, la “pertenencia al sintoísmo” suele estimarse contando a los que se unen a las sectas sintoístas organizadas[10] El sintoísmo cuenta con 100.000 santuarios[18] y 78.890 sacerdotes en el país[22].
En el siglo XX se produjeron profundos cambios en la sociedad japonesa (especialmente después de la Segunda Guerra Mundial), como la rápida industrialización y la urbanización[23]. Las religiones tradicionales, desafiadas por la transformación, sufrieron una remodelación por sí mismas[23], y los principios de libertad religiosa articulados por la constitución de 1947[24] proporcionaron espacio para la proliferación de nuevos movimientos religiosos[22].
Las nuevas sectas del sintoísmo, así como los movimientos que reivindicaban un estatus totalmente independiente, y también las nuevas formas de sociedades laicas budistas, proporcionaron vías de agregación a las personas desarraigadas de las familias tradicionales y las instituciones de las aldeas[25]. [Mientras que el sintoísmo tradicional tiene una base residencial y hereditaria, y una persona participa en las actividades de culto dedicadas a la deidad tutelar local o al antepasado -solicitando ocasionalmente servicios específicos de curación o bendición o participando en peregrinaciones-, en las nuevas religiones los individuos formaban grupos sin tener en cuenta el parentesco o los orígenes territoriales, y dichos grupos requerían una decisión voluntaria para unirse a ellos[26]. Estas nuevas religiones también proporcionaban cohesión a través de una doctrina y una práctica unificadas y compartidas por la comunidad a nivel nacional[26].