Inclusión e integración de creencias
Educación inclusiva
(1) Una primera vía de apoyo de bajo umbral para los alumnos en situaciones que no requieren necesariamente un diagnóstico individual o una necesidad educativa especial probada y certificada se conoce como apoyo inclusivo. Los recursos para ello se asignan a cada escuela en función del número total de alumnos. Los alumnos pueden tener dificultades leves de aprendizaje, como retrasos en la adquisición del lenguaje escrito, problemas en el aprendizaje de las matemáticas o falta de estrategias de aprendizaje y trabajo. Este apoyo lo prestan los profesores de necesidades educativas especiales de la escuela, que están contratados permanentemente en la misma. Su carga de trabajo se basa en el número total de alumnos, y no está vinculada a la identificación individual de las necesidades de apoyo específicas de cada niño. Los recursos correspondientes son gestionados de forma autónoma por el equipo escolar [profesor, profesor de necesidades educativas especiales (NEE) y terapeuta] y están bajo la responsabilidad de la dirección del centro (por ejemplo, el director del centro). Esto significa que en este modelo los profesores de NEE no son necesariamente responsables de los alumnos individuales, sino de apoyar a toda la escuela. Esto incluye también tareas de prevención y asesoramiento.
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La diversidad racial y cultural es una característica de nuestra sociedad. Para celebrar esta diversidad y cultivar la armonía y el respeto por todos los pueblos, los educadores deben fomentar la igualdad y la inclusión en el aula. Los alumnos entran en el aula con una gran variedad de creencias. Esto puede incluir prejuicios raciales y culturales recogidos de sus barrios, de la cultura pop y de sus familias. Los educadores pueden ayudar a combatir los prejuicios y las discordias raciales apoyando los comportamientos positivos de los alumnos, fomentando el sentido de pertenencia de todos los estudiantes y sus familias, e inculcando el respeto por todos los pueblos.
Hemos reunido una serie de recursos para ayudar a los educadores a crear un aula culturalmente inclusiva, que celebre la diversidad y la inclusión en la educación al tiempo que anime a los estudiantes a difundir los valores de la inclusión y el respeto cultural en su vida cotidiana. Impartir la enseñanza bajo el prisma de la diversidad fomenta la tolerancia hacia personas con ideales y prácticas diferentes. Fomenta el respeto cultural y la comprensión del “otro”, e incluso puede reducir el acoso escolar.
Diferencia entre integración e inclusión
Los Principios de Inclusión para Niños y Alumnos con Discapacidad en la Educación y la Atención (Principios de Inclusión) fueron desarrollados en nombre del Ministro de Educación por el Comité Asesor Ministerial: Niños y Estudiantes con Discapacidad (MAC: CSWD). Han sido refrendados por el Departamento de Educación, la Catholic Education South Australia y la Association of Independent Schools of South Australia. Los Principios de la Inclusión se basan en la creencia de que “la educación inclusiva refuerza la capacidad de los centros de educación infantil y de las escuelas para educar y apoyar a todos los estudiantes y contribuye a fortalecer las comunidades”.1
El personal escolar que está familiarizado con los Principios de la Inclusión tiene más confianza y capacidad para aplicarlos en sus escuelas y es más probable que contribuya a crear comunidades escolares inclusivas. La siguiente información se ha extraído directamente de los Principios de Inclusión. El documento completo puede descargarse de https://www.education.sa.gov.au/sites/default/files/principles-of-inclusion-2017.pdf
Inclusióneducación
En la última década, las aulas de preescolar se han vuelto más inclusivas, incluyendo a niños con una amplia gama de capacidades. De hecho, un artículo de Odom (2000) mostraba que a finales de los años 90, casi el 70% de los centros privados de educación infantil incluían a niños con discapacidades. Más recientemente, los datos sugieren que, en el caso de los niños que están en el jardín de infancia o más, el cinco por ciento de los niños asisten a centros privados (Centro Nacional de Estadísticas Educativas, 2017).
Las aulas preescolares inclusivas redundan en beneficio de todos los niños pequeños: la inclusión de niños con discapacidades da lugar a una mayor empatía y aceptación de las diferencias entre todos los niños y a una mejora de los resultados académicos, sociales y de comportamiento de los niños con discapacidades.
A pesar de sus beneficios, la inclusión sigue planteando muchos retos a los profesores. Los niños con discapacidad pueden mostrar una serie de comportamientos que difieren de los de sus compañeros, como evitar el contacto visual y físico, preferir jugar solos, expresiones faciales inapropiadas, retrasos en la comunicación o incapacidad para comunicarse verbalmente, tendencias agresivas, falta de atención o concentración, movilidad limitada e incapacidad para realizar tareas de autoayuda (como vestirse o ir al baño).