
Efectos de la vitamina c en el cuerpo
Beneficios de las altas dosis de vitamina c
Contenidos
La vitamina C es un antioxidante que ayuda a proteger las células contra los efectos de los radicales libres, es decir, las moléculas que se producen cuando el cuerpo descompone los alimentos o se expone al humo del tabaco y a la radiación del sol, los rayos X u otras fuentes. Los radicales libres pueden desempeñar un papel en las enfermedades del corazón, el cáncer y otras enfermedades. La vitamina C también ayuda al organismo a absorber y almacenar el hierro.
Como el cuerpo no produce vitamina C, hay que obtenerla de la dieta. La vitamina C se encuentra en los cítricos, las bayas, las patatas, los tomates, los pimientos, la col, las coles de Bruselas, el brócoli y las espinacas. La vitamina C también está disponible como suplemento oral, normalmente en forma de cápsulas y comprimidos masticables.
En algunas personas, los suplementos orales de vitamina C pueden provocar cálculos renales, especialmente cuando se toman en dosis elevadas. El uso prolongado de suplementos orales de vitamina C de más de 2.000 miligramos al día aumenta el riesgo de efectos secundarios importantes.
Informe a su médico de que está tomando suplementos de vitamina C antes de someterse a cualquier prueba médica. Unos niveles elevados de vitamina C podrían interferir en los resultados de ciertas pruebas, como los análisis de sangre oculta en heces o las pruebas de detección de glucosa.
Vitamina c todos los días
La mayoría de nosotros ya sabemos lo importante que es la vitamina C para nuestro sistema inmunitario.* Pero si está familiarizado con algunos de los contenidos de los suplementos de mbg, puede que ya se haya dado cuenta de que las vitaminas a veces nos pillan desprevenidos con todo lo que pueden hacer. Resulta que las vitaminas desempeñan múltiples funciones esenciales en todo nuestro cuerpo, y la vitamina C no es una excepción. Su cuerpo necesita suficiente vitamina C a diario para apoyar sus acciones como un poderoso antioxidante, facilitador de múltiples enzimas, potenciador de la absorción de hierro, y mucho más.* El hecho es que el 42% de la población adulta de EE.UU. tiene niveles insuficientes de vitamina C, lo que dificulta que sus cuerpos realicen estas funciones esenciales. Cuando se trata de su estado de vitamina C, la suplementación puede ayudar a cerrar esa brecha y lograr la suficiencia cada día.*
La vitamina C no sólo contribuye al sistema inmunitario*, sino que interviene en toda una serie de procesos corporales, y tomar un suplemento de vitamina C de alta calidad puede ayudar a que estas células, tejidos y órganos funcionen de forma óptima*. En primer lugar, actúa como cofactor -un compuesto esencial para la actividad de una enzima- “para una variedad de enzimas biosintéticas y reguladoras “*, explica la doctora Anitra Carr, directora del Grupo de Investigación de Nutrición en Medicina de la Universidad de Otago.
Beneficios de la vitamina c para la piel
¿Es un vaso de zumo de naranja o unas pastillas de vitamina C lo que se toma cuando llegan los resfriados? El consumo de esta vitamina fue una práctica impulsada por Linus Pauling en los años 70, doble premio Nobel y autoproclamado campeón de la vitamina C, que promovió las megadosis diarias (la cantidad que contienen entre 12 y 24 naranjas) como forma de prevenir los resfriados y algunas enfermedades crónicas.
La vitamina C, o ácido ascórbico, es una vitamina hidrosoluble. Esto significa que se disuelve en el agua y llega a los tejidos del cuerpo, pero no se almacena bien, por lo que debe tomarse diariamente a través de los alimentos o de suplementos. Incluso antes de su descubrimiento en 1932, los expertos en nutrición reconocieron que algo en los cítricos podía prevenir el escorbuto, una enfermedad que mató hasta dos millones de marineros entre 1500 y 1800. [1]
La vitamina C interviene en el control de las infecciones y la curación de las heridas, y es un potente antioxidante que puede neutralizar los radicales libres dañinos. Es necesaria para fabricar colágeno, una proteína fibrosa del tejido conectivo que se entreteje en varios sistemas del cuerpo: nervioso, inmunológico, óseo, cartilaginoso y sanguíneo, entre otros. La vitamina ayuda a producir varias hormonas y mensajeros químicos utilizados en el cerebro y los nervios. [2]
Síntomas de deficiencia de vitamina c
La vitamina C (ácido L-ascórbico) es un potente agente reductor, lo que significa que dona fácilmente electrones a las moléculas receptoras (Figura 1). En relación con este potencial de oxidación-reducción (redox), dos funciones principales de la vitamina C son la de antioxidante y la de cofactor enzimático (1).
La vitamina C es el principal antioxidante hidrosoluble y no enzimático del plasma y los tejidos. Incluso en pequeñas cantidades, la vitamina C puede proteger a las moléculas indispensables del organismo, como las proteínas, los lípidos (grasas), los hidratos de carbono y los ácidos nucleicos (ADN y ARN), de los daños provocados por los radicales libres y las especies reactivas del oxígeno (ROS) que se generan durante el metabolismo normal, por las células inmunitarias activas y por la exposición a toxinas y contaminantes (por ejemplo, ciertos fármacos de quimioterapia y el humo del cigarrillo). La vitamina C también participa en el reciclaje redox de otros antioxidantes importantes; por ejemplo, se sabe que la vitamina C regenera la vitamina E a partir de su forma oxidada (véase el artículo sobre la vitamina E).
El papel de la vitamina C como cofactor también está relacionado con su potencial redox. Al mantener los metales unidos a las enzimas en sus formas reducidas, la vitamina C ayuda a las oxidasas de función mixta en la síntesis de varias biomoléculas críticas (1). Estas enzimas son monooxigenasas o dioxigenasas (ver Tabla 1). Los síntomas de la deficiencia de vitamina C, como la mala cicatrización de las heridas y el letargo, son probablemente el resultado de la alteración de estas reacciones enzimáticas dependientes de la vitamina C que conducen a la síntesis insuficiente de colágeno, carnitina y catecolaminas (véase Deficiencia). Además, varias dioxigenasas implicadas en la regulación de la expresión génica y el mantenimiento de la integridad del genoma requieren vitamina C como cofactor. De hecho, la investigación ha descubierto recientemente el papel crucial que desempeñan las enzimas, como las dioxigenasas TET y las desmetilasas de histonas que contienen dominios Jumonji, en el destino de las células y los tejidos (véase la Tabla 1). Estas enzimas contribuyen a la regulación epigenética de la expresión de los genes al catalizar las reacciones de desmetilación del ADN y de las histonas.