Como sanar tu estomago

Experiencia de intestino permeable

Mi protocolo de curación intestinal. Esta es la historia de cómo restauré mi salud intestinal a través de un protocolo de curación intestinal específico bajo la supervisión de un profesional médico cualificado. A través de mi protocolo de curación intestinal, pude erradicar un sobrecrecimiento parasitario y bacteriano, curar el intestino permeable y los desequilibrios hormonales.

Descargo de responsabilidad: No soy un profesional de la salud y no estoy recomendando que imites mi protocolo de curación intestinal. Antes de hacer cualquier cambio en su salud y estilo de vida, asegúrese de buscar el consejo de una persona calificada.

Si usted ha estado en mi sitio durante bastante tiempo, usted puede saber que he tenido algunos problemas intestinales bastante desagradable para un número de años. Hablé de ello en algunas entradas del blog, y luego me quedé en silencio sobre el tema. Bueno, aquí estoy con una actualización, ya que mi salud intestinal dio un gran giro para mejor en el último año después de completar mi protocolo de curación intestinal.

Esta es una serie de tres partes. Comienzo dándoles los hechos y las cifras – la materia médica – en este post. Igual de importante que lo físico es la parte emocional y espiritual de la curación, por lo que seguiré con una entrada de blog separada sobre los aspectos psicológicos y de mentalidad de mi viaje. Por último, en una tercera entrada, compartiré con vosotros los suplementos para la salud intestinal.

Salud intestinal

Probablemente haya oído el término “salud intestinal” y sepa que una “buena” salud intestinal es deseable. Pero, ¿qué significa realmente tener un intestino sano? Significa tener el equilibrio adecuado de pequeñas bacterias y otros microbios en el tracto digestivo. Los investigadores están descubriendo cada vez más formas en que estos microorganismos contribuyen a la salud en general.

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Un intestino sano significa tener un sistema inmunitario más fuerte, un mejor estado de ánimo, una digestión eficaz y sin molestias, y un cerebro y un corazón sanos”, dice la doctora Sabine Hazan, gastroenteróloga, fundadora de Ventura Clinical Trials en Ventura, California, y autora de “Let’s Talk S-“.

La fibra es un nutriente de origen vegetal que reduce el riesgo de enfermedades metabólicas al estimular el crecimiento y la diversidad de bacterias buenas en el intestino, según sugieren las investigaciones. Los boniatos, las espinacas, las remolachas, las zanahorias y el hinojo están llenos de fibra natural que mejora el intestino. Además de las frutas y verduras, los cereales integrales también son una rica fuente de fibra.

Los alimentos fermentados, como el yogur, el kimchi, el chucrut y la kombucha, son también muy apreciados por su capacidad para mejorar los intestinos, gracias a la presencia de probióticos. En concreto, el yogur puede ayudar a calmar afecciones gastrointestinales como la diarrea, la enfermedad inflamatoria intestinal y el estreñimiento. Un estudio reveló que las personas que consumen yogur con regularidad tienen más lactobacilos, una bacteria beneficiosa para el intestino, en sus intestinos, así como menos enterobacterias, un tipo de bacteria relacionada con la inflamación.

Intestinos con fugas

Hay un par de cosas que pueden contribuir a una mala salud intestinal, y no se trata sólo de la dieta, sino también del estilo de vida. Los expertos destacaron algunos factores a continuación:Tu dieta: Minich afirma que lo que se come, cómo se come y cuándo se come pueden influir. “Sabemos que lo que comemos puede informar a nuestro microbioma intestinal, que en última instancia puede conducir a varios cambios en todo el cuerpo, desde el estado de ánimo hasta la memoria”, dice. “La forma en que comemos, ya sea con prisa o con atención, puede cambiar la calidad de nuestra digestión y puede dar lugar a cambios en la acidez, los gases y/o la hinchazón. El momento en que comemos también puede influir en nuestra salud intestinal. Normalmente, es mejor consumir más alimentos en las horas de luz y menos por la noche, cuando nuestra digestión es menos robusta”.

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No comer una gran variedad de alimentos: Esto y comer muchos alimentos procesados puede aumentar el riesgo de una mala salud intestinal, dice Magier. “Una dieta compuesta principalmente por alimentos con alto contenido de azúcar, sal, grasas de laboratorio y alimentos procesados puede conducir a un microbioma intestinal alterado que, en última instancia, causa una mala salud intestinal y una mayor inflamación”, dice. “Estos alimentos pueden reducir las bacterias ‘buenas’ de nuestro intestino. Curiosamente, el desequilibrio de nuestro intestino puede conducir en última instancia a un aumento de los antojos de azúcar. Esto creará un ciclo de comer más alimentos procesados y con alto contenido de azúcar, lo que exacerba aún más la respuesta proinflamatoria y empeora la salud intestinal”. Estrés crónico:  No controlar el estrés también puede afectar a los intestinos. Magier cita investigaciones que han demostrado que el estrés altera el eje intestino-cerebro y puede inducir la inflamación, disminuir la inmunidad, aumentar la permeabilidad gastrointestinal y alterar la composición y la función de las bacterias intestinales.

¿Cuánto tiempo se tarda en curar el intestino?

Los problemas digestivos, como los gases, el estreñimiento y la diarrea, afectan a millones de personas, y el 15 por ciento de los habitantes de los países occidentales sufre una forma grave de sensibilidad intestinal denominada síndrome del intestino irritable (SII).

En comparación con los carbohidratos refinados, como el pan blanco y la pasta, los cereales integrales aportan mucha fibra, así como nutrientes añadidos, como los ácidos grasos omega-3. Cuando las bacterias intestinales fermentan la fibra, producen ácidos grasos de cadena corta. Estas moléculas favorecen el buen funcionamiento de las células que recubren el colon, donde vive el 70% de nuestras células inmunitarias.

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Las verduras de hoja verde, como las espinacas o la col rizada, son excelentes fuentes de fibra, así como de nutrientes como el folato, la vitamina C, la vitamina K y la vitamina A. Las investigaciones muestran que las verduras de hoja verde también contienen un tipo específico de azúcar que ayuda a alimentar el crecimiento de las bacterias intestinales saludables.

Si alguna vez te has dejado llevar por tu instinto a la hora de tomar una decisión o has sentido “mariposas en el estómago” cuando estás nervioso, es probable que estés recibiendo señales de una fuente inesperada: tu segundo cerebro. Escondido en las paredes del sistema digestivo, este “cerebro en el intestino” está revolucionando la comprensión de la medicina de los vínculos entre la digestión, el estado de ánimo, la salud e incluso la forma de pensar.

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